La práctica del Mindfulness
- Leandro David Valdez
- 27 nov 2023
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 6 dic 2023
Comenzar una práctica de mindfulness puede ser un paso significativo hacia el bienestar mental y emocional. En Mind Full Up te ofrecemos una guía paso a paso para iniciar esta práctica.
¿Qué es el Mindfulness?
El mindfulness se basa en la idea de prestar atención deliberada al momento presente con aceptación y sin juzgar. Es estar completamente presente en lo que estás haciendo, en lugar de dejar que la mente divague entre el pasado y el futuro.
Es muy habitual que el día a día nos obligue a estar enfocados y preocupados por lo que hemos hecho o lo que tenemos por hacer. Esto nos abstrae de valorar y cuidar el momento presente, nos convertimos en especies de autómatas, que vagamos por la tierra sin ser conscientes de los pequeños instantes que se nos escapan sin poder disfrutarlos y apreciarlos como es debido. ¿A quién no le ha pasado de llegar la noche y estar acostados en la cama con la sensación de no haber aprovechado bien el día o no haberlo disfrutado? Incluso muchas veces se nos pasan las semanas y meses sin darnos cuenta, es como si hubiésemos atravesado esa fracción de tiempo tan rápido que queda reducida a un instante y lo único que nos ha dejado son preocupaciones y cansancio.
El detenernos un momento y dedicarlo para apreciar lo que posee
mos, sin juzgar si es suficiente para nosotros o no, a disfrutar del silencio, del canto de los pájaros o a oír el sonido de la brisa fresca acariciar las hojas de los árboles. El Mindfulness es una práctica sana que nos aportará momentos de mucha gratitud y bienestar físico y emocional.
En la práctica del mindfulness, al contrario de lo que mucha gente cree, no necesariamente se requiere de una meditación en la que te tengas que evadir de todo lo que te rodea, sino más bien se anima a prestar atención plena a los sentidos. Los sonidos, sabores, olores, sensaciones táctiles y la vista de una manera consciente puede anclarnos más firmemente en el presente, que es justamente lo que se busca con ésta práctica.

Nos convertimos en observadores de nuestros propios pensamientos y emociones. En lugar de ser arrastrados por ellos, aprendemos a observarlos sin involucrarnos completamente, simplemente observamos. Esto fomenta una relación más saludable con nuestros estados mentales, como preocupaciones y objetivos. Ya tendremos momento de ocuparnos por las cosas del día a día, ahora es momento de saber y ser conscientes de lo que tenemos en mente.
Aprendemos a no juzgar. La esencia del mindfulness es la aceptación sin juicio. Al adoptar una actitud de no juicio hacia nuestros pensamientos y experiencias, creamos un espacio para la comprensión y la autocompasión. Esto permite que los pensamientos fluyan sin que nos sintamos abrumados por ellos. Desde éste plano de comprensión muchas veces podemos encontrar la solución adecuada a aquello que nos tenía anclados.
Ésta práctica se extiende más allá de la meditación formal. Se trata de estar completamente presente en cada acción diaria, desde comer y caminar, hasta hablar con alguien siendo plenamente conscientes de ello. Al hacerlo, transformamos las actividades cotidianas en oportunidades para la atención plena.
La atención plena puede mejorar la calidad de las relaciones al fomentar una escucha más atenta y una comunicación consciente. La capacidad de estar presente y totalmente comprometido en una conversación puede fortalecer los lazos emocionales. ¿A quién no le ha pasado de estar en una conversación pero sin prestarle demasiada atención? o de sentir que la otra persona con la que hablamos ni siquiera escucha lo que le decimos.
Practicar el Mindfulness por las noches ha demostrado ser efectivo para mejorar la calidad del sueño al reducir los pensamientos rumiativos y promover la relajación.
Incluso en las tareas diarias, está demostrado que el mindfulness ayuda a la toma de decisiones ya que el estar presente y consciente podemos llegar a conclusiones más informadas y reflexivas.
Su práctica regular nos ayudará a aumentar la sensación de gratitud y promover un mayor sentido de felicidad y bienestar en general.
No es necesario comenzar con sesiones largas. Empieza con tan solo 5 o 10 minutos al día. A medida que te sientas más cómodo o cómoda, puedes extender gradualmente el tiempo.
Te recomendamos que comiences realizando una sesión corta por las mañanas, apenas te levantes.
Toma una posición cómoda, puedes sentarte en una silla con los pies en el suelo o en posición de loto en el suelo. También puedes practicarlo en la cama, aunque es importante no quedarse dormido.
Enfócate en la respiración: Ésta es una excelente forma de dirigir la atención. Observa tu respiración, sintiendo cómo entra y sale el aire llenando tus pulmones. Si la mente divaga, suavemente redirige tu atención nuevamente a la respiración. Simplemente respira lenta y profundamente hasta que comiences a ser plenamente consciente del aire que te rodea.
Una vez hayas conseguido relajarte lo suficiente, acepta tus pensamientos. Simplemente observarlos pasar sin juzgarlos, sin juzgarte.

Ellos están allí y forman parte de tu ser como un elemento más de tu cuerpo y tu mente, así que acéptalos, analízalos. En cuanto sientas juicio hacia ellos, lentamente vuelve a la posición de observador.
Recuerda que nuestros pensamientos y emociones afectan directamente a nuestra salud física y mental, es por ello que debemos aprender a controlarlos y tratar con ellos desde un punto de vista comprensivo y analítico.
Crea el hábito de realizar ésta práctica al menos una vez al día, y verás como comienzas a notar cambios en tu manera de ser, pensar y actuar.
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